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Noticia Ampliada

El olivar es un agro sistema de alto valor ambiental que provee de bienes públicos y de productos saludables y de calidad a la población.

Contribuye a la lucha contra la erosión, a la fijación de notables cantidades de dióxido de carbono (CO2) que ayudan a mitigar el cambio climático, al mantenimiento de la diversidad biológica y a la fijación de población en las zonas rurales.

En definitiva, el sector oleícola es mucho más que renta y empleo porque, a través de sus otras aportaciones, responde a la creciente demanda social que quiere una agricultura que genere bienes y servicios públicos de utilidad, no solo para los agricultores sino también para el conjunto de la sociedad rural y para los habitantes del medio urbano.  

En este contexto, los efectos positivos para la salud humana del consumo de aceites de oliva son los factores más explicativos de la expansión de su demanda mundial.

Por otro lado, hay una creciente demanda de sostenibilidad, en sentido amplio, un progresivo interés por preservar el medio ambiente, los recursos naturales y por un consumo responsable. Así, están apareciendo otros elementos vinculados con la salud del planeta, tales como el cambio climático, que, cada día más, influencian el consumo de alimentos. En efecto, luchar contra el cambio climático, tender a un mundo descarbonizado, es positivo para nuestra salud, debido al efecto negativo de las emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles, el aumento de gases de efecto invernadero y la polución. Incluso una dieta “climáticamente sostenible” es una dieta más sana.

La descarbonización del planeta es, por lo tanto, a la vez, una responsabilidad y una oportunidad. Si logramos descarbonizar habrá más seguridad alimentaria y tendremos un mundo con más salud. Además, hacer frente al cambio climático es una oportunidad para el crecimiento y el desarrollo socioeconómico.

Todos estos elementos, que representan oportunidades para una oleicultura eficiente y sostenible en sus tres dimensiones: social, económica y ambiental, serán analizados con rigor en el tercer Symposium, a partir de los hallazgos de investigadores y de aportaciones de gestores de prestigio internacional.

La finalidad del Simposio, además del análisis y debate sosegado y riguroso, es aportar estrategias e iniciativas que involucren, tanto a las administraciones públicas como al sector oleícola, hacia una oleicultura que sea motor de cambio y transformación social y que genere empleo, renta y sostenibilidad en los territorios olivareros.